Uno de las creencias populares más extendidas en todo el mundo se centra en que el chocolate produce acné. Aunque no hay una literatura científica demasiado amplia acerca de este asunto, algunos estudios han demostrado que en absoluto existe una relación entre el consumo de chocolate y la aparición de acné.
Aún así el debate sigue estando latente en la sociedad y el chocolate aparece como el principal acusado cuando aparecen granitos en el rostro.
De hecho el consumo de chocolate no está contraindicado, ya que ingerir una onza diaria de chocolate amargo es beneficioso para la salud y aporta antioxidantes que mejoran el aspecto de la piel.
En términos generales, el desarrollo de acné viene determinado por factores genéticos, hormonales, dietéticos y de higiene. Por lo tanto, cae todo un mito en la alimentación.
Alimentos y acné
Si bien los estudios demuestran que el chocolate, en su justa medida, es beneficioso, por otra parte, llegan asegurar que existen alimentos que pueden llevar a un desarrollo de lesiones cutáneas.
En cuanto a esta relación alimentación-acné hay un amplísimo debate a nivel internacional, ya que no está cien por cien definida. Aun así muchos llegan a afirmar que llevar dietas con un exceso de productos grasos, bollería e hidratos de carbono puede favorecer la aparición de acné.
Esto es debido a que la falta de ciertos alimentos en la dieta, como verduras, frutas… provocan un déficit de nutrientes en el organismo, que pueden causar diversas enfermedades, entre ellas el acné.
Además, la elevada producción de azúcar de ciertos alimentos en nuestro organismo, provocan un aumento de la insulina, que a su vez, aumenta las hormonas masculinas y estimula la secreción de sebo.
Los productos lácteos son uno de los peores enemigos del acné, varios estudios han visto como un aumento de consumo de productos lácteos puede desencadenar en acné.
Las golosinas y dulces también pueden empeorar el acné. Los especialistas recomiendan evitar el consumo de refrescos, azúcares, fritos y alimentos salados, como papas fritas, para favorecer la recuperación de la piel acnéica.
Por lo tanto, podemos concluir que los productos lácteos, grasos y azucarados son los verdaderos enemigos del acné, mientras que el chocolate negro amargo es un aliado para nuestra salud.
Desde la Canarias Dermatológica recomendamos seguir una dieta equilibrada y una buena hidratación para favorecer así la salud de nuestra piel. Además, durante la aplicación de tratamientos contra el acné llevar una alimentación sana puede favorecer en el proceso de curación.