La hiperhidrosis ha centrado la intervención del Dr. Agustín Viera, dermatólogo y coordinador de Canarias Dermatológica, en la sección ‘Tu piel habla el dermatólogo responde’ en el programa ‘Buenos Días Canarias’ de Televisión Canaria.
Se trata de una enfermedad que padece un millón de personas en España, casi un 3%. De ellos, un 70% desconoce que existen tratamientos y no consultan al dermatólogo.
La hiperhidrosis es un fenómeno en el que se segrega una cantidad de sudor anormalmente superior al requerido para el balance térmico normal. Además, deteriora la actividad diaria, personal, social y laboral de quien la padece, tal y como ha explicado el doctor.
Su padecimiento provoca que los pacientes cambien sus hábitos de vida, no se relacionen con normalidad y sean cuidadosos en el uso de ropa, tejidos, colores o zapatos. “En determinados momentos, no pueden entrar en sitios muy públicos donde haga calor o tomar ciertos alimentos”.
“El sudor es necesario”
El sudor, como comenta el doctor, forma parte de la regulación de la temperatura corporal. En nuestro organismo tenemos glándulas ecrinas, que son las que producen el sudor, que no huele y es transparente.
“Si el proceso por la cantidad, el número de veces o intensidad es desproporcionado y deteriora las actividades que desarrollemos, hablamos de hiperhidrosis”, puntualiza.
Comienza a desarrollarse antes de los 25 años
Explica el Dr. Viera que la hiperhidrosis afecta a personas jóvenes. “El inicio empieza en personas por debajo de los 25 años, aunque puede desarrollar en cualquier momento”.
En cuanto a las causas que originan esta enfermedad, el doctor específica que ésta puede ser secundaria debido a la toma de algún medicamento, a una enfermedad neurológica, infecciones o proceso tumoral.
“La más frecuente es la que llamamos hiperhidrosis primaria, es decir, que hay antecedentes genéticos. Casi un 40% tienen un familiar muy cercano que ha padecido una hiperhidrosis y empiezan a notar esos episodios de sudoración que se repiten de forma exagerada y limitan el día a día”, añade.
Añade el Dr. Viera que la mayoría de las veces es un exceso de liberación de un neurotransmisor que activa la glándula del sudor (la glándula ecrina). Ésta se debe, por lo general, a un componente hereditario pero, al final, no existen una explicación clara a esa hiperestimulación.
“La hiperhidrosis se puede tratar y controlar”
En su intervención el Dr. Viera enumeró los distintos tratamientos existentes para tratar y controlar la hiperhidrosis.
De forma domiciliaria, explica, se utilizan las sales de aluminio, es decir, sustancias que obstruyen el conducto por el que la glándula libera ese sudor.
En otros pacientes, se puede recurrir a los tratamientos vía oral, los anticolinérgicos, que pueden requerir algo más de tiempo hasta encontrar la dosis adecuada.
“Hay aparatología, como la iontoforesis, que es una descarga eléctrica continua a una baja intensidad que va cerrando esa glándula”. Una vez logrado el resultado se puede seguir tratando a nivel domiciliario.
Por otra parte, se puede aplicar toxina botulínica. Una infiltración de una sustancia que bloquea la acción de la glándula de una forma muy selectiva. “Ha sido un gran avance para la hiperhidrosis axilar, palmar y plantar”.
Luego se puede recurrir a la destrucción selectiva de esas glándulas mediante ultrasonido, radiofrecuencia o láser.
“En los casos más avanzados, la eliminación a nivel central mediante la simpatectomía del sistema nervioso periférico y del ganglio responsable del inicio del estímulo”, explica.
El doctor detalló que el tratamiento más utilizado por los dermatólogos para la hiperhidrosis palmar y axilar es la toxina botulínica. La iontoforesis se aplica tanto en la plantar como en la palmar. Y en paciente con hiperhidrosis generalizada o facial se recurre a los tratamientos orales.
Hiperhidrosis o bromhidrosis
La bromhidrosis es aquella enfermedad en la que el sudor tiene un olor intenso. “El sudor provoca que determinadas bacterias de la piel produzcan ese olor”, explica el doctor.
“Se puede controlar el sudor y el olor. Para ello hay que realizar medidas higiénicas adecuadas y utilizar sustancias que eviten la proliferación de esas bacterias”, añade.