La pubertad conforma una etapa de la vida en la que se generan sustanciales cambios, sobre todo físicos. Uno de estos cambios es la aparición de esos molestos granos que a toda costa queremos ocultar o eliminar de manera fulminante con escasos resultados en la mayoría de los casos. Se trata del acné, una de las patologías dermatológicas más comunes.
Su origen se relaciona a priori con una alteración hormonal, esta concentración de hormonas genera el crecimiento de las glándulas sebáceas que producen un material oleoso o sebo que se desprende a través de los folículos dando lugar a una inflamación de la piel.
Si bien es más común en los adolescentes, el acné también puede aparecer ya en etapas más avanzadas con especial incidencia en la cara, espalda y pecho.
“Quienes lo padecen buscan soluciones milagrosas e inmediatas.”
Pero sobre todo no hay que desesperarse probando remedios que en vez de mejorar, agravan la situación. Una buena alternativa son los fármacos hormonales, pero siempre prescritos, administrados y supervisados de forma adecuada por un dermatólogo.
¿Con qué tipos de tratamientos se cuenta para el acné? Principalmente dos:
- Medicamentos para desinflamar y desinfectar las lesiones de la piel.
- Fármacos que intervienen en la formación de lesiones de acné, impidiendo nuevas lesiones.
No obstante, debemos tener en cuenta que la mejora tras la aplicación de los tratamientos no es inmediata, han de pasar de 3 a 4 semanas para poder empezar a apreciarse los cambios satisfactorios.
Consejos para el cuidado del acné
Sin embargo, sí podemos aportar una serie de sencillos consejos muy útiles destinados a mejorar la imagen de las lesiones de acné y a evitar que la infección se extienda. Estos consejos son:
- Un aseo adecuado para evitar infecciones.
- No usar leches limpiadoras.
- No reventar, ni apretar los granos; debemos evitar su proliferación.
- Evitar el consumo de frutos secos, mariscos, chocolates, bebidas de cola, alcohol. Son alimentos que favorecen su aparición.
- No tapes los granos con maquillaje; empeorarás la situación. Utiliza maquillaje libre de grasa y siempre retíralo antes de acostarte.
- Cambia con frecuencia la funda de la almohada.
- Evita una prolongada exposición al sol, ya que provoca un rebote de mayor virulencia.
- Controla tu ansiedad.
Recuerda siempre ponerte en manos de los mejores profesionales para obtener los resultados más apropiados para cada caso.