Las quemaduras constituyen una de las lesiones más frecuentes e incapacitantes para una persona. Pueden derivarse de una fuente de calor o frío, dando lugar a un daño que puede ir desde el enrojecimiento hasta la destrucción total de los tejidos.
“Su gravedad va a depender de su extensión, profundidad y el elemento que lo ha causado”
Las quemaduras más comunes se producen en el propio hogar y pueden ser de tipo térmico, por radiación solar, por agentes químicos y eléctricos.
Como primera medida ante una quemadura se recomienda disminuir la temperatura de la zona afectada aplicando agua fresca. No obstante, los mejor es acudir a los especialistas a fin de que hagan las recomendaciones oportunas.
Síntomas principales de las quemaduras
- Enrojecimiento de la piel
- Ampollas
- Destrucción de la piel.
Las quemaduras se clasifican en función de su gravedad y el nivel de penetración en la piel:
Primer grado: Enrojecimiento de la piel y dolor. Afectan a la capa externa de la piel.
Segundo grado superficial: Enrojecimiento, dolor y ampollas. Afectan a la epidermis.
Segundo grado profundo: Aspecto rojo intenso y brillante. Son más dolorosas. Afectan la epidermis y parte de la dermis.
Tercer grado: Piel de color blanquecino, amarillo o negro. La piel se acartona. Son muy graves y se va a precisar intervención quirúrgica en la mayoría de los casos. Se pierde sensibilidad, ya que las terminaciones nerviosas se ven destruidas.
¿Qué hacer ante una quemadura?
- Tranquilidad. Mantener la calma y pedir ayuda.
- Aislar la fuente que genera la quemadura.
- Lavar y enfriar la zona quemada. Para ello utilizar agua a temperatura ambiente durante unos minutos.
- Evite quitar la ropa cercana a la quemadura ya que ésta puede estar pegada a la piel.
- Utilice paños limpios para cubrir la quemadura.
- Absténgase de usar remedios caseros.
- Deje que sea un sanitario quien valore la lesión y administre el tratamiento adecuado.
Para los casos en los que se precise atención médica, Canarias Dermatológica cuenta con un servicio de Urgencias dermatológicas en las que se presta una atención de calidad capaz de responder con rapidez a ese problema que ha surgido repentinamente y sobre el que el paciente desconoce su importancia o que, sin tratamiento, pueden empeorar.