La urticaria aguda es un tipo de alergia, es decir, una forma exagerada o alterada de reaccionar que tienen algunas personas cuando se exponen a algunas sustancias que hay en el medio ambiente o cuando consumen ciertos alimentos o medicamentos.
En el caso de la urticaria se trata de una afección de la piel que se caracteriza por la aparición de ronchas rojizas o rosadas en cualquier parte del cuerpo, que sobresalen ligeramente sobre la superficie. Son de diversos tamaños y producen un marcado picor. Las ronchas tienen una duración de algunas horas, desapareciendo sin dejar rastro; y pueden aparecer de nuevo, en otra parte del cuerpo.
“La reacción alérgica genera en la piel una substancia química natural llamada histamina, la cual dilata los vasos sanguíneos que dejan entonces escapar el plasma, produciéndose la roncha: roja, caliente y abultada.”
Tipos de urticaria
Existen diferentes tipos de urticarias. Según su duración, pueden ser agudas o crónicas; y según su causa, además de las ya mencionadas, las más comunes son:
- Urticaria física: No tenemos un alérgeno como factor causal. La aparición de ronchas se produce cuando hacemos ejercicio, nos exponemos al frío o al sol o cuando se aplica presión sobre alguna parte del cuerpo.
- Dermatografismo: Es la más común de estas alergias físicas. Se produce cuando las personas desarrollan las ronchas solo en el área que se rascan, apareciendo en forma de estrías lineales.
Los principales síntomas de la urticaria son:
- Edema o hinchazón
- El prurito o picor intenso
- Eritema o enrojecimiento
Si bien, también podemos observar otros síntomas, como son:
- Fiebre
- Taquicardia
- Tensión baja
- Dolor de cabeza
- Dolor en las articulaciones
- Estreñimiento
- Náuseas y vómitos
- Rinitis
- Asma
“En el supuesto de que aparezcan taquicardias, asma e hipotensión, lo más recomendable es contar con atención médica urgente.”
Medidas de tratamiento para la urticaria
- La principal medida en el tratamiento de la urticaria es evitar la causa que la desencadena, que pueden ser fármacos, desencadenantes físicos o hacer un tratamiento de la patología que la precipita ya sean infecciones, parasitismo intestinal, etc.
- Si ello fuera insuficiente o no conocemos la causa evidente, lo más conveniente es acudir al especialista que prescribirá un tratamiento con fármacos antihistamínicos. Los antihistamínicos más clásicos son: loratadina, cetirizina, hidroxicina, dexclorfeniramina, entre otros. Algunas pueden tener un efecto sedante.
- Si el tratamiento con antihistamínicos no fuera suficiente, sería necesaria la administración de otros fármacos de tipo corticoides o adrenalina, siempre y cuando sean controlados por un facultativo.
- Si las lesiones persisten en el tiempo o hay nuevos brotes, lo que corresponde es realizar un estudio para determinar otras causas.
Canarias Dermatológica cuenta con una Unidad de Urgencias Dermatológicas en el que nuestros especialistas tratan los procesos repentinos que de no ser diagnosticados o sin tratamiento, pueden empeorar.