Ya estamos en primavera, y son muchas las personas que empiezan a poner en marcha la conocida operación bikini para lucir un buen aspecto en los meses de verano. Por ello, hoy abordaremos la obesidad y lo que las dietas hipocalóricas y proteinadas pueden hacer contra ella. Quizá puedan resultarte de gran ayuda si aún no sabes cómo perder esos kilos de más que ganaste en navidades.
“Las personas aumentan de peso cuando el cuerpo recibe más calorías de las que quema”.
Estas calorías adicionales se almacenan como tejido graso o adiposo. En este sentido, adelgazar supone perder contenido graso, para lo que es necesario que el balance entre la energía recibida y la consumida sea negativo. Pero para evitar problemas de salud, esta restricción calórica debe ser moderada y controlada por un especialista.
Dietas hipocalóricas equilibradas
Este tipo de dietas son las más recomendadas por organismos y sociedades científicas, para el tratamiento de la obesidad. Generalmente, se entiende que estas dietas tienen un aporte calórico total superior a 800 kcal diarias y originan un déficit calórico de entre 500 y 1000 kcal/día. La distribución de macronutrientes es bastante similar a las recomendaciones de población general en lo que se refiere a una dieta equilibrada, aunque con algunas modificaciones respecto a las proteínas, donde el contenido calórico total de estas se incrementa.
Una dieta hipocalórica debe estar siempre avalada por un especialista en la materia para, de esta forma, aseguraremos que la misma contenga todos los nutrientes necesarios correspondientes a la persona, según su edad, sexo, y actividad. Es decir, adecuada a cada individuo, siempre con la proporción y reducción calórica que se considere necesaria.
La dieta hipocalórica, junto con el ejercicio físico, son la única solución frente al sobrepeso y la obesidad. La finalidad de estas dietas, es lograr una reducción del peso corporal, para luego conseguir un posterior mantenimiento, sin efecto rebote.
Dieta proteinada
El principio básico de la dieta proteinada consiste en aumentar el consumo de proteínas por una parte y por otra limitar la ingestión de hidratos de carbono (glúcidos) y de grasas (lípidos). El objetivo principal es la pérdida de masa grasa (tejido adiposo) sin la pérdida de masa muscular. La dieta proteica o proteinada es un régimen alimenticio basado en la utilización de preparados proteínicos purificados, presentes generalmente en forma de sobres individuales, cuyo contenido en polvo se mezcla fácilmente con agua o en forma de alimentos preparados con la cantidad de proteínas apropiadas para sustituir o complementar una o más de las comidas del día. Las proteínas son de Alto Valor Biológico, es decir, son proteínas que nuestro organismo es capaz de utilizar y que se extraen, generalmente, de la clara de huevo, de la leche, de la soja o del guisante.
El uso de una u otra dieta dependerá de tu constitución física, enfermedades concomitantes que presentes y expectativas que tengas, por lo que, asesorado por un especialista y con tu constancia, seguro que dará estupendos resultados.